Uff! Otro correo con el mismo problema. Esta semana son unos cuantos suscriptores los que han planteado un asunto similar y el origen de todo está en contratar un seguro de hogar con deficiencias.
Una de las decisiones más importantes en nuestra vida es elegir la vivienda en la que vamos a vivir durante un tiempo – o toda la vida – a partir de ese momento se convierte en el bien más preciado. En ella están nuestras ilusiones y esfuerzos, y por eso debemos protegerla por si ocurre un accidente. Así que asegurarla se transforma en una cuestión muy importante y muchas veces no prestamos la atención necesaria al contratar un seguro de hogar.
Hoy en día podemos encontrar muy buena información en la web sobre cualquier tema, de seguros también. Por ejemplo este sitio, que aspira a ser un referente entre los consumidores. A pesar de ello, al contratar un seguro de hogar, seguimos cayendo en los mismos errores, posiblemente por pretender rebajar el precio de la póliza.
A mí me gusta conservar lo que tengo, ¿Y a ti?
Pues si pones un poco de atención, en este post vamos a repasar los errores más comunes al contratar un seguro de hogar, para que no tengas problemas si sufres incidente en tu vivienda.
1. No leer las condiciones particulares del seguro
Por falta de tiempo, de ganas o porque confiamos en quien nos vende el seguro, prescindimos de leernos la póliza cuando nos llega. Si la hemos contratado por Internet, nos quedamos con los titulares y el precio. Si se trata del banco, como no nos vamos a fiar de quien cuida nuestro dinero. Y si es el mediador amigo, basta con un «si tú ya sabes lo tengo».
De hecho, seguramente la archivarás y no volverás a revisarla hasta que tengas un percance y en ese momento si tiene algún error en el redactado, no podrás hacer nada si han pasado más de 30 días desde que la contrataste.
Caer en este error es fácil, por lo que debes leer la póliza en el momento que la tengas en tu poder. Dedícale un rato para revisar algunos aspectos muy importantes como por ejemplo: la descripción del riesgo asegurado, los capitales contratados o aquellas coberturas donde existe más probabilidad de tener un siniestro.
Con ello te evitaras cabreos y problemas posteriores, además, tienes un mes desde su contratación para que la compañía corrija aquellos aspectos que no se ajusten a su propuesta de seguro.
2. Valorar el continente por el valor de compra
Es frecuente, sobre todo cuando el seguro se asocia a una hipoteca, asegurar la vivienda por el importe del préstamo. El precio que pagas incluye la edificación y el solar o la parte proporcional si se trata de un piso. Asegurar el valor del suelo es un error que te va a costar dinero. La aseguradora, en caso de siniestro, te indemnizará por la reconstrucción de la casa sobre el mismo solar.
Asegurar por encima de lo que vale el bien asegurado, es tirar el dinero.
Pero también se da la circunstancia inversa, y es corriente asegurar el continente por un valor inferior para ahorrar en el precio. Haciéndolo así puedes incurrir en infraseguro y en caso de siniestro la indemnización se reducirá en la misma proporción que el capital no asegurado.
La mayoría de las aseguradoras intentar corregir estos errores mediante baremos orientativos, basados en los metros cuadrados de la vivienda, la calidad de construcción y el lugar de construcción.
Son muchas las compañías que ya verifican, al contratar un seguro de hogar, los metros de la vivienda a través de una consulta online con el Catastro.
Si vives en un edificio de viviendas, revisa el seguro de la comunidad para ver sus coberturas.
3. Valorar a ojo los bienes que hay en la vivienda
¿Te has parado a pensar cuánto vale todo lo que tienes en casa? Pues a la hora de contratar un seguro de hogar tienes que establecer el capital que quieres asegurar de contenido.
Hace unos años, para probar un programa que había creado para realizar inventarios, empecé a echar cuentas. Para mi sorpresa, la biblioteca, los vinilos y CDs y cuatro cuadros sumaban más de un 1/3 del capital que tenía contratado en el seguro. Me faltaba por incluir el mobiliario, electrodomésticos y electrónica, ajuar, ropa, menaje de cocina, joyas, etc.
Con esto quiero decirte que antes de suscribir el seguro, te interesa dedicarle un buen rato a valorar todo lo que tienes en casa. Realiza un inventario, desglosando aquellos objetos que tengan un valor especial como las obras de arte o las joyas. De ese modo podrás ver si estos objetos exceden los límites que imponga la aseguradora en el contrato.
Una incorrecta valoración de los bienes puede hacer que caigas, como ocurre con el continente, en sobreseguro (pagas demás) o en infraseguro (cobras menos)
Si no sabes cómo determinar el valor de tus bienes, cuenta con la ayuda de un profesional, un experto independiente y objetivo.
4. Pensar que con contratar un seguro de hogar está cubierto todo lo que ocurra
A cuento de lo dicho en el primer error, desconocer lo que cubre el seguro hace que muchas veces pensemos que todo lo que ocurra en casa está cubierto. De entrada te digo que no y en el mejor de los casos – con un todo riesgo del hogar – tampoco.
Las aseguradoras por razones de competencia y marketing han ido incluyendo multitud de coberturas «relleno». Esto nos puede hacer pensar que todo está cubierto, pero siguen excluyendo todo aquello que huele a mantenimiento de la vivienda.
Cada tres minutos treinta y siete segundos se produce un incendio en una vivienda, cada catorce hay una gotera y cada 25 se rompe un cristal. La ley de Murphy es perversa, no subestimes lo que puede pasar en tu hogar. Clic para tuitearTienes que tener muy claro qué cubre el seguro y que no, evitarás inconvenientes posteriores o decir aquello de..
¿Para qué pago un seguro si no me cubre nada? ¡Las aseguradoras están muy listas para cobrar, pero cuando toca pagar…!
5. Eso no me ocurre a mí
Este es uno de los errores más comunes.
Son muchos los incidentes donde pensamos que eso es imposible que ocurra en nuestra casa. Según el informe Estamos Seguros 2016 de Unespa, cada tres minutos treinta y siete segundos se produce un incendio en una vivienda. Cada catorce hay una gotera y cada 25 se rompe un cristal. Ya sabes, la Ley de Murphy es perversa y se puede cumplir en cualquier momento y lugar.
No subestimes lo que puede pasar en tu hogar y menos por ahorrarte cuatro euros suprimiendo coberturas u ocultando a la aseguradora ciertos bienes. Si tienes dudas, te recomiendo que leas Qué garantías necesito en mi seguro del hogar
6. Olvidarnos de revisar el seguro periódicamente
Si nos va bien con el seguro del hogar, nos olvidamos que lo tenemos. Solo nos preocupamos cuando tenemos un incidente y entonces es demasiado tarde.
Del mismo modo que tu vida cambia, tu casa también lo hace. La vas adaptando a las necesidades, adquiriendo nuevos elementos o modificando los existentes. También dependerá del periodo económico, el que la vivienda valga más o menos. Todos estos factores aconsejan revisar las condiciones del seguro cada dos o tres años.
La incorporación de medidas de prevención o seguridad, el uso del Internet de las cosas (IoT), pueden suponer una reducción del precio del seguro. Cualquier variación en este sentido o si agravan el riesgo, te conviene comunicárselo a la aseguradora cuanto antes.
7. Comparar el precio de tu seguro con el del vecino
Posiblemente este es el error más pernicioso de todos. Tendemos a compararnos e igualarnos y en seguros ocurre lo mismo.
¿Por qué mi seguro es más caro que el del vecino, cuando las viviendas son iguales?
Posiblemente estas pasando por alto las reformas que has realizado, que el mobiliario no es de Ikea, o que el vecino es más miedoso y ha instalado rejas y alarma.
Son muchos los factores que determinan el precio al contratar un seguro de hogar. Cualquier diferencia en el riesgo, en los capitales o en las coberturas, supone que pagues un precio diferente. Además piensa que contratas en el marco del libre mercado, por lo que cada aseguradora fija el precio según su suficiencia económica.
Conclusión
Estos son los errores más frecuentes al contratar un seguro de hogar. Para evitarlos te conviene dedicarle un poco de tiempo, analizar que te ofrece el mercado antes de decidirte.
Una póliza de seguro es un contrato de adhesión. Cuando lo suscribes estas aceptando las condiciones impuestas por la aseguradora. En ellas se establece cuáles son las coberturas, los límites y las exclusiones que regirán el contrato. Si la naturaleza del bien o el hecho que ha provocado un daño no tienen encaje en las condiciones de la póliza, el incidente no estará cubierto.
Así que a la hora de contratar un seguro de hogar, tienes que tener claro que la póliza debe ser adaptada de forma experta por… un experto. Esto descarta hacerlo a través de comparadores, vendedores telefónicos, cuñados que hacen seguros para sacarse unos euros, asesorías o bancos.
Y tú, ¿Quieres correr el riesgo?
¿Cuentas con un experto que te asesore para no cometer estos errores?
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