Morirse es un problema, sobre todo, si eres el protagonista, además de resultar caro aunque tengas contratado un seguro de defunción.
Sumando lo que cuesta el tanatorio, el ataúd, el coche, las flores, la incineración o la inhumación, el precio se pone en un pico. En España, desde hace unos años, el precio medio de un entierro sencillo, ronda los 3.500 euros.
Según el INE, el número de fallecidos en el país fue de 423.643, un 3.17 % más que el año anterior. El resultado de una sencilla multiplicación nos dice que el negocio de la muerte factura en torno a los 1.500 millones de euros. Un pastel muy atractivo que se reparten entre cuatro, de forma opaca y monopolista.
En el mismo periodo de tiempo, Unespa, la patronal del seguro, confirma que las aseguradoras atendieron el enterramiento de 255.000 personas. Esto significa que han atendido con cargo a un seguro de defunción el 60% de todos los sepelios.
Si has pasado por el trance de perder a un ser querido, sabrás que es un momento muy delicado, en el que no estás para nadie y mucho menos para pensar que te puedan tomar el pelo.
He decidido escribir este post, aunque he de confesarte que el tema me desagrada y me irrita profundamente, para descubrirte algunos secretos que rodean este negocio.
Los servicios funerarios, caros y poco transparentes
Hace tres años que publicaba el artículo ¿Qué precio tiene morirse?, para prepararlo investigue si las páginas web de las funerarias más importantes informaban del precio de sus servicios. El resultado fue desolador, no encontré resultados. Para escribir este post, he repetido la búsqueda y el resultado ha sido el mismo. Ninguna funeraria de las consultadas tiene disponibles sus precios en Internet.
Esta falta de transparencia dificulta que el consumidor pueda analizar las diferentes alternativas que tiene. Has de acudir a las funerarias de tu ciudad para conseguir un presupuesto, seguramente poco claro y que posiblemente no podrás comparar por falta de competencia.
Los servicios funerarios fueron liberalizados completamente en 1996, desde entonces están en manos de empresas privadas o mixtas en las que aún participan algunos ayuntamientos. Ni siquiera en estas empresas de participación pública es posible acceder a las tarifas de los servicios que prestan.
Así, dependiendo de donde residas te costará el entierro y la diferencia puede ser importante. Entre las ciudades más baratas esta Cuenca o Las Palmas, donde el precio ronda los 2.500 euros. Mientras, en Guadalajara o Ciudad Real, el coste es casi el doble, aunque sin llegar a los más de 6.500 euros de Barcelona. En al menos dos de estas ciudades los servicios funerarios son mixtos, pero no por ello más baratos. Se han creado con tus impuestos y cuando llega el momento fatal no obtienes beneficio alguno.
Esta diferencia en el precio, con frecuencia se justifica en el coste del cementerio. Veremos más adelante que, si bien es cierto que existe, no siempre es el motivo.
¿Cuánto cuesta un funeral digno, pero sencillo?
A la hora de saber cuánto cuesta un sepelio, hace falta distinguir entre lo que es el servicio funerario y el enterramiento. La práctica más utilizada sigue siendo la inhumación, aunque poco a poco va ganando terreno la cremación.
Para que puedas valorar el alcance económico que supone morirse, en esta lista tienes la mayor parte de los elementos que incluye el servicio funerario.
El féretro, arca o ataúd
Es uno de los apartados más caros. Su precio, para un modelo normalito, sin lujos, oscila entre los 800 euros y los 2.500 euros, aunque la media está en 1.200 euros.
El velatorio
Alquilar el tanatorio durante 24 horas, en ocasiones se alarga hasta las 36 horas, cuesta algo más de 600 euros. Si quieres ahorrar en el precio, puedes organizar una despedida sencilla, sin velatorio o velarlo en casa.
El coche fúnebre
Tiene un coste medio que ronda los 500 euros. Este precio puede variar dependiendo de los traslados que tenga que hacer hasta el entierro. Las funerarias suelen ofrecer coches de acompañamiento para los familiares que, como puedes suponer, también suman en la factura.
Floristería, recordatorios, libros de firma, música en directo
Estos son algunos de los muchos servicios que vas a tener a tu disposición si quieres gastar de más. Por ejemplo, una corona de flores no suele bajar de los 100 euros.
La misa
El oficio religioso tiene un coste medio de 60 euros, aquello de «la voluntad» ha pasado a ser una tarifa que depende de donde se realice, cómo y hasta del tipo de confesión que profeses.
El papeleo
El certificado médico de defunción, la inscripción en el Registro Civil (que hay que hacer en las 24 horas siguientes al óbito) y la licencia municipal de enterramiento se van a llevar otros 200 euros, si se encarga de hacerlos la funeraria. Esta cantidad puede variar y mucho, en función del municipio, ya que cada uno cobra una tasa de inhumación diferente.
El precio que tiene el cementerio
Una buena parte de la factura que tienes que pagar por el fallecimiento se la lleva el cementerio. Por tradición y preservar su recuerdo, despedimos al fallecido mediante su entierro en un nicho o tumba en el cementerio municipal o privado elegido.
El servicio de cementerio se desglosa en dos conceptos: el servicio de inhumación y el coste del nicho o tumba. Pero dependerá del ayuntamiento de turno que tengas que pagar tasas extra por otros servicios adicionales.
Pero es que además resulta significativa la disparidad de precio en el servicio de inhumación según qué municipio. Así por ejemplo, mientras que en Guadalajara se pagan 105 euros, en Sevilla es algo más del doble. Y si nos referimos a los derechos por la cesión de una sepultura a setenta y cinco años, las cifras van desde los cerca de 1.500 euros de la primera hasta los 6.800 euros de la segunda.
¿Cómo rebajar el precio de un entierro?
Existen otras alternativas para hacer que el precio del entierro sea más asequible, algunas son solo pequeños cambios sobre lo que hemos visto, otras vienen dadas por la necesidad.
Veamos que hay.
La incineración.
Es la alternativa a la inhumación. Cada vez son más las personas que optan por la cremación, sobre todo en el ámbito de las ciudades. El precio medio esta en torno a los 600 euros, al que tienes que sumar el correspondiente a la urna en la que poner las cenizas.
Eso sí, con la cremación, si te llevas las cenizas a casa, te vas a ahorrar los gastos de enterramiento, el nicho o sepultura y la lápida. Pero si piensas tenerlas en un columbario (donde depositar las cenizas) ya puedes empezar a sumas por lo menos otros 300 euros por un alquiler de 10 años.
La incineración es una alternativa más barata al enterramiento, siempre que no te pases con donde depositar las cenizas.
Donar el cuerpo para la investigación científica.
Con esta fórmula, el entierro te saldrá gratis. El cuerpo será utilizado en las facultades de medicina para la enseñanza de los estudiantes o para la investigación y desarrollo de nuevos procedimientos en medina y cirugía.
La donación se debe de hacer en vida de manera voluntaria y los familiares o allegados conocerlo para que llegado el momento puedan realizarla. Una vez aceptada, el centro o universidad receptor se hará cargo de los gastos de traslado del cuerpo además del entierro o incineración posterior a su utilización.
No pagar porque no puedes o no quieres.
En ocasiones el gasto que supone un fallecimiento se hace inasequible para sus familiares directos. Cuando esto pasa, los servicios sociales u otras persones pueden hacerse cargo de los gastos que más adelante podrán reclamar con cargo a la herencia del fallecido. En algunos municipios existen servicios de carácter gratuito capaces de asumir los costes de la defunción.
Tener un seguro de defunción.
Esta es la opción que han elegido más de 20 millones de consumidores en este país al suscribir un seguro de defunción. España es de los pocos países en el mundo que comercializa un seguro de estas características.
Con el seguro de defunción, el fallecido se asegura que tendrá el servicio funerario cubierto y la tranquilidad de que los familiares no tendrán que ocuparse de estos asuntos en un momento tan delicado.
Pero la comodidad del seguro, no debe ocultar sus inconvenientes.
¿Si contrato un seguro de defunción ahorro dinero?
El seguro de defunción qué duda cabe que puede ser una forma de ahorro, al menos sí que te permite no tener que realizar un desembolso importe en ese momento.
Pero en el seguro de defunción o de decesos, la edad de contratación o el lugar de residencia juegan un papel importante. El precio del seguro se establece en función de estos factores, a los que tendrás que sumar las coberturas extra que contrates.
Con la calculadora en la mano, cuando llegue el momento, habrás pagado más de seguro que el capital asegurado.
He chequeado alguno de los productos que las primeras aseguradoras de decesos tienen en el mercado. Este son los resultados para un seguro de decesos con residencia en Cuenca, estimando el fallecimiento a los 85 años y estimando un aumento del 1% anual en el precio del servicio funerario.
Edad de contratación | Prima pagada | Suma asegurada |
40 años | 4.382 € | 3.080 € |
65 años | 4.003 € | 2.780 € |
Como ves, salvo que tengas la desgracia de fallecer en los primeros años de contrato, pagarás más de lo que aseguras. Ah! Y si cancelas el seguro, perderás todo lo pagado hasta entonces.
¿Si ya tengo un seguro de defunción, me conviene mantenerlo?
Si ya tienes un seguro de defunción contratado, y la lectura de este artículo hace que te plantees si te interesa continuar con él, lo primero que debes tener en cuenta es que edad tienes, cuanto tiempo hace que lo contrataste y la modalidad de prima que tengas contratada.
Los ejemplos de la tabla anterior, están calculados a prima natural (creciente) donde pagas más según vayas cumpliendo años. En este caso, me plantearía seriamente cancelarlo. Volviendo al ejemplo, la persona de 65 comenzará pagando unos 15 euros al mes para terminar pagando, si las expectativas se cumplen, unos 25 euros al mes.
En el supuesto de que tu póliza la pagues con prima nivelada (constante), mientras no amplíes las coberturas, siempre pagarás lo mismo. Al principio el riesgo de fallecimiento es bajo y las primas también, pero según pasen los años, ambos crecen proporcionalmente. En este caso, cuantos más años hayan pasado desde que contrataste el seguro de defunción y más edad tangas, menos te interesa prescindir de él.
Únicamente mantendría el seguro si tengo más de 70 años o sin haberlos cumplido, he pagado más de 25 años la póliza.
Las cosas claras, evita errores
Tienes margen para rebajar el precio de un entierro, es cuestión de no dejarte avasallar por el asesor de la funeraria y seleccionar aquellos servicios que realmente creas merecen la pena. En aquellos objetos o servicios que no tienen un precio fijo es donde puedes conseguir un ahorro importante sin que el entierro pierda en dignidad y solemnidad.
Lo mejor es dejar las cosas claras desde el principio. Deja por escrito o informa a tus familiares qué quieres que hagan contigo cuando ya no estés. Y en función de ello, si tienes capacidad de ahorro, deja el dinero para que puedan satisfacer tu voluntad.
Si no eres muy exigente y dudas de si podrás mantener el ahorro sin tocarlo hasta el final, siempre podrás contratar un seguro de defunción a prima única. Pagarás más de seguro que el capital contratado, pero será suficiente para cubrir el coste de un sepelio digno.
Después de esto, a mí al menos me han quedado algunas cosas claras:
- Morirse es caro, además de ser una faena.
- Antes de elegir, hay que informarse de los precios que te cobra la funeraria por sus servicios.
- Elegir los servicios necesarios y no todos los que te ofrecen.
- El seguro de defunción es caro y no resulta rentable contratarlo.
- Ahorrando una parte de lo que pagas por el seguro es suficiente para tener un funeral a tu medida.
- Contratar un seguro de vida es otra buena alternativa.
A pesar de todo, las funerarias seguirán haciendo su agosto, repartiéndose el pastel sin competencia y las aseguradoras seguirán a lo suyo, ganando mucho dinero con el seguro de defunción (o decesos, como más te guste)
Ahora te toca a ti responder esta pregunta y contarnos tu experiencia.
Buenos días querido Carlos, articulo muy interesante. En mi familia nunca tuvimos seguro de decesos, pero lo cierto es que morir nos morimos todos, ojala que sea ya a una edad tardía y mientras, estemos un poco presentables, sino no merece la pena. Es mejor como bien dices, ahorrar una cantidad y destinarlo a ese fatídico día que llegará. Muy bueno, como siempre.
Gracias y un abrazo, Isabel