Y es que no siempre llueve a gusto de todos, mientras que para los ciudadanos endeudados, las medidas adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE) para intentar salir de la crisis, les viene como agua de mayo, no parece que a las aseguradoras europeas, sobre todo a las de los países del norte, les esté sentando bien.
Ahora les toca el turno a las aseguradoras
La bajada de los tipos de interés, con rentabilidades cercanas a cero o en negativo, está suponiendo un problema para algunas compañías de seguros, sobre todo en Alemania o Finlandia.
Con esta situación y según los cálculos realizados por el supervisor comunitario EIOPA algunas aseguradoras de vida podrían ver reducidos sus fondos propios entre el 17% y 21% lo que podría provocar la quiebra de algunas de ellas.
Esta situación, con compromisos de rentabilidad del 6% anual para el suscriptor de una póliza de vida, se podía mantener comprando deuda pública por parte de la aseguradora, deuda emitida con altos tipos de interés y que ahora solo pueden obtener mediante operaciones financieras de alto riesgo.
¿Y a las aseguradoras españolas les afecta?
Por lo que se refiere al mercado español de seguros de vida no parece que exista este riesgo.
Desde hace más de una década la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP) establece que los compromisos futuros, asumidos por las aseguradoras españolas, serán acordes a la rentabilidad que se pueda obtener de la inversión de los activos, debiendo de tener, además, una duración similar.
El problema al que se pueden enfrentar las aseguradoras en el mercado nacional es que sus productos sean poco atractivos para el cliente y caigan las ventas. Y si tenemos en cuenta que los incentivos fiscales son de todo menos incentivos, pues eso…
El pasado mes de abril el Fondo Monetario (FMI) mostraba su preocupación por este asunto. Apuntaba las dificultades por las que podrían pasar compañías de pequeño y mediano tamaño, sobre todo del norte de Europa.
Alguna agencia de calificación ya indicaba en el mes de febrero que los bajos tipos de interés y las políticas monetarias del BCE añadirían más presión a la solvencia y rentabilidad del sector que podría conllevar a una menor remuneración al accionista para poder capitalizarse.
¿Quién termina pagando?
La ecuación en este caso parece difícil de resolver. Como siempre pasa, cuando se adoptan medidas para salir de una crisis, es el ciudadano de a pie quien termina pagando.
En fin, si eres de los que todavía puedes ahorrar a fin de mes, parece que está complicado hacer una hucha para la jubilación, los bancos no dan un euro y las aseguradoras llevan el mismo camino.
¿Cómo te estas preparando para cuando te llegue la jubilación, tienes un plan de pensiones?
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Imagen de Samuel Zeller
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