Una aseguradora japonesa planea sustituir a los trabajadores humanos con inteligencia artificial.
Este es el titular que encontré en mi feedly al día siguiente de comenzar el nuevo año.
Después de bucear un poco más en la noticia que publicaban diversos medios, y tras leer el artículo publicado en The Mainichi, el recorte «solamente» afectaba al 30% de la plantilla del departamento de evaluación de pagos.
Fukoku Mutual Life Insurance Co. sustituye a partir de enero a 34 trabajadores humanos por un robot, un sistema de inteligencia artificial basado en IBM Watson Explorer.
El trabajo de Watson será el de escanear y analizar historiales médicos para determinar de que se hará cargo el seguro en base a las pólizas contratadas y las circunstancias de cada asegurado. Después será el resto de los trabajadores humanos que han quedado quienes finalicen el proceso.
Quizá pienses que este artículo no va contigo, que es un tema que no te afecta. Estas en un error. ¿Quieres comprobarlo?
Inteligencia artificial (AI), las insurtech: la automatización que llega al mundo del seguro
La automatización ya no es solo la utilización de robots en las líneas de producción de los grandes fabricantes. Los robots con inteligencia artificial han comenzado a instalarse en el trabajo del conocimiento, donde con su capacidad de aprendizaje cada vez su papel será más relevante.
Al mismo tiempo, el nacimiento de startups cuyos servicios digitales alternan o complementan a los tradicionales del sector asegurador, está haciendo que florezca un nuevo sector, el de las insurtech.
Son las insurtech quienes están encontrando nuevas aplicaciones tecnológicas en el negocio de los seguros. Con ellas el negocio puede resultar más rentable, personalizado al consumidor y más accesible.
¿Por qué no contratar una póliza con la misma facilidad con la que contratamos un préstamo en un solo clic?
Es el reto al que se enfrenta el negocio tradicional de los seguros, donde las grandes compañías llevan algunos años invirtiendo en estas startups.
Siguen el camino adoptado por la banca con las fintech, pero de forma mucho más rápida.
Uno de los ejemplos más destacados surgidos en el último año es Lemonade. Se trata de una plataforma P2P de seguros, alimentada en la inteligencia artificial y en la economía del comportamiento. Ha conseguido, en menos de un año, 60 millones de dólares de financiación con la idea: «reemplazar brokers y papeleo con bots -programas informáticos que reflejan el comportamiento humano- y con aprendizaje automático»
El Internet de las cosas uno de los factores para prevenir las pérdidas
Cada vez es más frecuente ver coches que aparcan solos o que nos avisan del peligro de cambiar de carril. Los coches autónomos y sin conductor ya son una realidad circulando en las carreteras de algunos países.
Un sistema de detección de incendio conectado al móvil, por ejemplo, te permite avisar a los bomberos antes de que el incendio sea mayor.
La ciberseguridad o los dispositivos conectados al Internet de las cosas, contribuyen a reducir los riesgos antes de que se produzcan el siniestro.
Estos elementos contribuyen a que las aseguradoras dejen de compensar las pérdidas cuando se producen, pasando a prevenirlas anticipadamente.
En el ámbito del seguro de vida o salud, las aseguradoras apuestan por desarrollar aplicaciones para el cuidado de la salud. Programas educativos para una dieta sana o incentivar estilos de vida más saludables.
Como la evaluación de los riesgos influye en la suscripción del seguro
Cada vez es mayor la información que se almacena en las maquinas sobre nosotros. Determinado dispositivo instalado en el coche almacena los datos sobre nuestra forma de conducir. Smartwatch, móviles, basculas, o frigoríficos almacenan información sobre nuestros hábitos de vida o estado físico.
A través del big data es posible medir y analizar los riesgos en los que vivimos inmersos o asumimos en determinadas situaciones.
De cara al ciudadano, las aseguradoras pueden utilizar esta información de dos formas:
Positivamente, ofreciendo productos a la medida de cada cliente, a un precio óptimo.
Negativamente, estableciendo primas elevadas para aquellos individuos con alto riesgo asociado.
La experiencia de usuario mejora con la automatización
En seguros la experiencia de usuario constituye un elemento fundamental de la relación. Cuando el cliente se dirige a la aseguradora, generalmente lo hace en momentos delicados, cuando ha tenido lugar el siniestro.
Cada vez son más los clientes que contratan sus seguros on line. Este aumento equivale a costes más bajos y los clientes esperan a cambio mantener un diálogo, en tiempo real y dinámico, con su proveedor, algo que ahora no encuentran.
La última publicación del Informe Mundial de Seguros, de la consultora Capgemini, indica que los jóvenes españoles menores de 34 años están entre los más insatisfechos en la relación con las aseguradoras convencionales. Solamente el 22% asegura haber tenido una experiencia de cliente positiva.
Es posible que para ti ya resulte imprescindible asegurar, no solo los bienes sino una forma de vida. Ese cambio de mentalidad es otra de las claves sobre las que se empieza a trabajar.
Los seguros deben protegernos, no complicarnos la vida.
Las nuevas tecnologías sirven a las insurtech para mejorar el trato con el usuario. Responder a las demandas de forma más rápida, eficiente y próxima es el objetivo que pretenden conseguir.
La reducción de costes, el objetivo
Por si no lo sabes, las aseguradoras gastan entre un 25 y un 40% de cada euro que recaudan en captar clientes, en marketing. En definitiva en la distribución de sus productos.
Como ves solo entre el 60 y 75 % se dedica a aquello para lo que se contrata un seguro, la indemnización en caso de siniestro.
Cualquier desviación en al alza de estos porcentaje difícilmente es compensada mediante los rendimientos financieros de las inversiones como ocurría hace unos años.
Las aseguradoras están empezando por aprovechar las nuevas tecnologías – tanto a nivel interno como de cara al consumidor – para desterrar procesos obsoletos y mejorar su rentabilidad.
Algunas de las soluciones insurtechs, llegadas al mercado, aseguran reducir los costes enormemente. Así lo aseguran en OutShare con CynoClaim, con ella se pueden gestionar en modo automático más del 60% de todos los siniestros, lanzar nuevas ofertas al mercado o gestionar las renovaciones de las operaciones en cartera. Shift Technology, por ejemplo, utiliza la ciencia de los datos para la detección de fraude.
Como hemos visto, este proceso también afecta a la mediación quien ve reducido el valor añadido que aporta. Aplicaciones como Coverfy son una apuesta por seguir estando en un negocio en pleno proceso de cambio.
Conclusión
Pero volvamos al principio, donde el trabajo de cuello blanco ha encontrado su competencia en la inteligencia artificial basada en el conocimiento.
Dai-ichi Life Insurance Co. y Japan Post Insurance Co. ya han instalado o están en proceso de hacerlo el mismo modulo de Watson AI para realizar las mismas funciones que en Fukoku Mutual Life Insurance Co.
A esta última, la incorporación de Watson a la plantilla le va a suponer un coste de 1.7 millones de euros más otros 130.000 euros de mantenimiento anual. A cambio suprimen salarios por 1.1 millones de euros anuales. Es decir, solo tendrá que esperar al segundo año para empezar a ahorrar en costes.
Las bondades de la inteligencia artificial, las insurtech o los procesos de automatización que llegan al sector financiero y de los seguros son indudables. El desarrollo de productos a medida o la reducción de costes son algunos de los objetivos que se espera alcanzar.
Por el contrario, la competencia para el trabajador humano deja de ser otro humano para ser un robot.
Dime, ¿Crees que el trabajo del conocimiento sucumbirá a la llegada de los robots?
¿Eres de los que no les gusta hablar a las maquinas? ¿Cómo te apañas?
Me encantará leer tus respuestas en los comentarios.
Imagen gentileza de Pixabay
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