Uno de los conflictos más frecuentes entre asegurado y aseguradora es el de valorar los bienes asegurados.
Determinar si coincide la suma asegurada y el valor de preexistencia, sobre todo cuando se produce el siniestro, puede resultar un quebradero de cabeza.
La diferencia radica, fundamentalmente, en el desconocimiento de los distintos criterios de valoración que existen.
Echar mano de un perito para valorarlos antes de contratar el seguro, es una alternativa reservada a unos pocos. Si no estás entre ellos no te preocupes que, valorar los bienes correctamente, antes de asegurarlos, está a tu alcance.
¿Quieres saber cómo?
Empecemos por el principio distinguiendo los distintos de valores con los que nos podremos encontrar.
¿Qué tipo de valores hay?
Los conceptos de valoración que vamos a ver son los que se aplican al seguro de daños. En otro post veremos cuáles son los utilizados en automóviles.
1. Valor real
Es el equivalente al coste de reemplazar los bienes siniestrados por otros de similares características y utilidad, descontando factores como la obsolescencia, utilización o el estado de conservación.
2. Valor de reposición a nuevo
Sería el correspondiente a reemplazar los bienes por otros de similares características y utilidad pero sin deducción alguna.
3. Valor de nuevo
Este valor a diferencia del de reposición a nuevo se establece en el momento de la tasación del siniestro y es el correspondiente al valor real, incrementado en un porcentaje que puede oscilar entre el 30 y 50% del valor de reposición a nuevo.
4. A valor parcial
Se declara el valor total de los bienes pero se establece un porcentaje de ese valor como capital asegurado. Tiene utilidad para asegurar riesgos donde es improbable que se produzca la pérdida total del bien asegurado. En los seguros de empresas, se suele utilizar en la cobertura de robo. Esta modalidad conlleva una deducción en la prima del seguro.
5. A primer riesgo
Se trata de establecer un capital asegurado con independencia del valor total que tenga el bien asegurado. No existe relación entre el valor asegurable y el capital asegurado. Sencillamente se fija la indemnización máxima que pagará la aseguradora en caso de siniestro.
¿Todos los bienes se valoran igual?
Antes de valorar los bienes tienes que saber que no todos se pueden valorar del mismo modo, no todos actualizan su precio de igual forma, y no todos tienen el mismo índice de depreciación.
Aunque los métodos de valoración pueden ser similares, en los seguros de daños se establecen dos conceptos para agrupar los bienes asegurados: el continente (el vaso) y el contenido (el agua del vaso)
La valoración de los inmuebles.
En el caso de los edificios para obtener el valor de reposición a nuevo, se utiliza el llamado método sintético. Consiste en determinar el precio unitario del metro cuadrado construido según el tipo y categoría del inmueble.
Son precios que suelen publicarse periódicamente en revistas especializadas, por colectivos de arquitectos o como referencias fiscales sobre las que se determinan los tributos.
Existen otros dos métodos de valoración:
Analítico: se realiza mediante presupuesto detallado de cada una de las partidas que componen la construcción.
Histórico: empleado para edificaciones recientes donde se conoce cuál fue el coste de construcción. Para conocer al valor actual, tienes que aplicarle los índices de variación en la construcción que correspondan.
Si la valoración se realizase a valor real, al valor de reposición a nuevo habría que descontar la depreciación correspondiente. En este caso el coste de transformar el edificio de su estado actual a su estado original empleando medios constructivos actuales. Esta depreciación también se puede realizar mediante tablas profesionales o incluidas en la normativa fiscal.
Valorando el contenido
Cuando valores maquinaria e instalaciones, su valor de reposición a nuevo se obtiene empleando el llamado método histórico. Es análogo al utilizado para los inmuebles pero corrigiendo los índices de actualización por un muestreo de los precios de mercado.
Otro método de valoración es el llamado comparativo que es utilizado cuando no existe factura de compra o las instalaciones y maquinaria adolecen de una cierta antigüedad y se trata de buscar en el mercado bienes de similares características.
Para determinar el valor de reposición, la depreciación aplicable se obtiene mediante tablas de depreciación especificas o suministradas por el fabricante. Es importante conocer además las condiciones de trabajo de la maquinaria, horas trabajadas y mantenimiento realizado.
Las mercancías y existencias se valoran por el precio de mercado siendo idéntico el valor real y de reposición a nuevo.
Si has llegado hasta aquí no te pierdas lo que sigue. Te será útil para asegurarte de que valoras correctamente tus bienes antes de suscribir el contrato de seguro
¿Cómo tengo que valorar los bienes para asegurarlos correctamente?
Para valorar los bienes de una forma correcta, deberás informarte sobre que modalidad de valoración contempla la póliza. A partir de ahí, tendrás que analizar si debes pactar unas condiciones diferentes.
Para las instalaciones con poca antigüedad se debe de emplear el método de valor a nuevo. El capital que deberías asegurar tendrá que estar en consonancia con la posible valoración, es decir por su precio de compra.
En el caso de instalaciones con cierta o bastante antigüedad la valoración se debería de realizar por el valor de reposición por lo que para cubrirlo suficientemente el capital asegurado tendrá que ser el precio actual de mercado para bienes de características semejantes a los asegurados.
Tres consejos para que no tengas sorpresas al valorar los bienes.
1 – Procura que la compañía acepte la cláusula de valor de reposición a nuevo, aunque esto suponga una revisión permanente por tu parte de los capitales asegurados.
2 – Revisa que en las condiciones de la póliza se incluya una garantía adicional para la «compensación de capitales». Con esto evitas posibles equivocaciones en la distribución de los capitales de la suma asegurada para edificios, instalaciones, maquinaria, mercancías o existencias.
3 – Mira que en la nueva póliza exista una clausula donde la compañía renuncie a aplicar infraseguro. Si no siempre, al menos cuando la diferencia entre capitales sea inferior al 20% del valor real.
El contrato de seguro se considera un contrato de adhesión, por lo que las aseguradoras esperan que aceptes sus condiciones sin más. Mi consejo es que negocies el seguro que necesites y establezcas las condiciones que te resulten más favorables.
Espero verte pronto por aquí, pero antes que tal si nos dejas tus comentarios sobre la pregunta.
¿Qué te ha parecido el artículo, sabrías como valorar tu hogar?
Imagen de Rawpixel – Freepik
0 comentarios