Cuando tienes que valorar tu negocio para asegurarlo es muy importante hacerlo correctamente. De esa forma no estarás expuesto a cobrar menos en caso de siniestro y ahorrarás en el precio del seguro.
¿Sabes cómo valorar tu negocio?
Hace unos meses publique el artículo ¿Cómo tengo que valorar los bienes para hacerlo bien?, en el que ya trataba sobre este tema. A raíz de ese post, algunos me habéis preguntado cómo establecer el valor concreto de alguno de los bienes asegurados.
Bien, pues este artículo va de eso, de cómo valorar tu negocio.
Actualmente la modalidad de seguro más habitual para asegurar tu negocio es hacerlo a través de un seguro multirriesgo de empresa. Los hay para industrias, comercios, oficinas o talleres, en él se incluyen una serie de coberturas básicas junto con otras opcionales. En ti está elegir las que mejor se adaptan a las necesidades de tu empresa.
El continente, ¿cómo valorarlo?
Pues vamos a empezar a valorar tu negocio definiendo qué elementos del patrimonio de tu empresa y de las personas que desarrollan la actividad en la misma tienes que proteger. Vamos a empezar por uno de los elementos que en términos contables forma parte del inmovilizado material de la empresa.
El conjunto del edificio o edificios donde se desarrolla la actividad, las instalaciones fijas, obras de reforma, las servidumbres exteriores o los jardines, conforman lo que en el argot asegurador se denomina: continente.
El continente, para que este correctamente asegurado, debes de referirlo al valor de reconstrucción, de esta forma te garantizas la reposición de la pérdida patrimonial derivada de un siniestro que le afecte. Obtener el valor de reconstrucción dependerá de un factor variable como es el precio de construcción y otro común a todos los elementos que lo conforman, la unidad de medida, en este caso el metro cuadrado (m²).
Construir el edificio donde alojas las oficinas tiene un precio distinto a las naves donde almacenas la mercancía. Para obtener una valoración correcta, tendrás que anotar la superficie de cada instalación que multiplicarás por el coste de referencia de edificación correspondiente a cada una de ellas.
Obtener el precio de referencia de construcción no te resultará muy complicado. Las aseguradoras manejan tablas con estos precios, si no a través del colegio de arquitectos o arquitectos técnicos de tu provincia o comunidad autónoma.
¿Y al contenido que valor le asigno?
Igual que con el continente, lo primero que te conviene saber es lo que se entiende por contenido en el mundo asegurador. El mobiliario, ajuar, equipos electrónicos, maquinaria o mercancías son los elementos que conforman el contenido de una empresa y cada uno de ellos tendrás que valorarlo según corresponda.
Para el mobiliario y el ajuar industrial deberás tomar como referencia el valor de reposición a nuevo.
En el caso de las mercancías, conviene que las diferencies según la actividad de tu negocio, para las materias primas la referencia será su precio de compra, mientras que los productos elaborados lo serán por su precio de venta.
Los equipos electrónicos o la maquinaria, deberías de declararlos por su valor real sobre todo si su adquisición la realizaste mediante una operación de leasing. En caso de que los bienes los tengas mediante un contrato de renting tendrás que ver cuáles son las condiciones pactadas antes de pensar en incluirlos en tu seguro.
Si la empresa dispone de vehículos necesarios para su actividad y su estacionamiento habitual se realiza en las instalaciones, deberías asegurarlos por su valor venal, que se corresponde con deducir un 12% por cada año transcurrido desde su primera matriculación, al precio de venta al público, incluidos impuestos si no son deducibles, transporte y tasas. Este valor no podrá ser inferior al valor de mercado de un vehículo de la misma marca, modelo y antigüedad.
¿Qué otros valores tengo que tener en cuenta antes contratar el seguro?
Hasta aquí hemos visto como se deberían de valorar los bienes tangibles de la empresa, pero existen otros riesgos subyacentes que también pueden comprometer el patrimonio en caso de que se produzca un siniestro. Antes de terminar el artículo vamos a ver cuáles son y cómo se pueden asegurar. ¿Te lo vas a perder?
El primero y más importante es el derivado de la responsabilidad civil de la empresa frente a un tercero perjudicado o sus propios trabajadores. Dependerá de su actividad el que la aseguradora utilice un método de cálculo de la prima u otro, generalmente para las actividades industriales la base de cálculo será el importe bruto de la facturación anual, descontados impuestos.
Para actividades profesionales la base será la misma pero referida a los honorarios, mientras que para actividades no industriales se tomará en consideración el número de empleados o de alumnos, número de socios o participantes o metros cuadrados de la instalación.
Otras coberturas como la defensa jurídica o el servicio de asistencia al negocio, están referidas a la actividad y generalmente llevan asociada una prima fija en función de esta.
Más vale perder un minuto que pagarlo caro después
Para hacer las cosas bien muchas veces hay que dedicarles más tiempo del previsto, y no siempre es perderlo.
Antes de contratar un seguro para tu empresa, dedícale unos minutos a la valoración de cada uno de los bienes que la componen. Establece cual sería el precio de reponer el inmueble a su estado original en caso de tener un incendio, por ejemplo, o cual sería el coste asociado si también pierdes mercancía manufacturada o en depósito.
Un pequeño repaso a tu contabilidad te mostrará algunos de los datos que tendrás que facilitarle a la aseguradora para que esta pueda establecer la prima correspondiente según qué garantías contrates.
Resumiendo, si de verdad quieres evitarte problemas con el seguro será mejor que tengas en cuenta alguna de estas sugerencias. Y si aún te quedan dudas, pregúntame, ¡estoy para ayudarte!
Ahora te toca a ti.
¿Hace mucho que no revisas la póliza de tu negocio, tienes bien valorados los bienes?
Imagen gentileza de Pixabay
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